sería bonito poder decir hola, me llamo judith escribo girasoles
pero a mí sí que se me rompen los vocablos todos los días voy a sus funerales
si se le rompe mucho la sintaxis no sufra tengo un bote de cola
y no encuentro silencio y no sé qué iba a hablar (perdón, don wittgenstein) pero tengo una caja de ruidos por si encuentras eso y te encuentras solo (en su defecto te presto mi sonotone)
-------------------- En otro orden de cosas (que no es que lo sean tanto), yo de mayor quiero aprender a escribir como tú. Un beso y shalom.
Judith tu forma de hacer poesía me provoca la risa desternillante, es una poesía que se revuelve en sí misma como un vómito que quiere ver la luz. A veces da asco, pero me gusta. Me recuerda a los collages fotográficos de mi hermana, jaja. Leo, tu poema refleja la filosofía del girasol,con sus claroscuros, quebrándose, en el movimiento, el cuello como un cisne, quemándose bajo un sol que le da la vida.
Has cambiado el poema y su significado al cambiar las palabras... Los girasoles no viven aislados. Excepto los girasoles asilvestrados que crecen en los bordillos de las carreteras, ajenos a la multitud. Esos solitarios, atraen la mirada del que contempla y el viento acunándolos en su silencio, los zarandea en su soledad.
Anónimo,será que soy un girasol silvestre. Yo siempre voy modificando mis poemas. Soy un perfeccionista. No creo en esa frase común que dice:" Me salió del corazón".
Crear un poema es un proceso lento, de fermentacón de las palabras. Hay personas que sueñan con poemas que le son revelados, porque el que ama la poesía arde con ella y en su mente y corazón repiquetea como en la fragua, el golpe certero de ésta. Lee, escribe, moldea, vive la palabra y lo que ésta evoca. La perfección en poesía es algo similar a la alquimia en un capullo de rosa. Cerrado y apenas sin fragancia,en su comienzo, hasta que se abre en círculo y podemos apreciar la belleza de los arabescos labrados de los pétalos, su verdadera esencia ya transmutada. Pero ese proceso, necesita tiempo, dedicación, sol, frescura, viento y agua. Y aún contando con todo lo anterior, no siempre florecerá la rosa. Siempre digo que el mejor jarrón para contemplar la belleza de la poesía es el rosal. Te dejo una frase que me enseñó un anacoreta, un cartujo: "La contemplación jamás es una posesión y quien pretenda poseerla precisamente ignora lo que ella es". Saludos.
Curioso poema. Por cierto, he leido el comentario que escribes, y estoy contigo, yo también soy perfeccionista, y siempre estoy buscando nuevas ideas para todo :)
Quien dice rosa, puede decir camelias, orquídeas, flor de cerezo, almendro o ciruelo, lilium asiático, flor de la pasión, qantú... Pero yo definiría tu poesía como una flor de loto azul "à rebours".
11 comentarios:
sería bonito
poder decir
hola, me llamo judith
escribo girasoles
pero a mí sí que se me rompen
los vocablos
todos los días
voy a sus funerales
si se le rompe mucho
la sintaxis no sufra
tengo
un bote de cola
y no encuentro silencio
y no sé qué iba a hablar
(perdón, don wittgenstein)
pero tengo una caja de ruidos
por si encuentras eso
y te encuentras solo
(en su defecto
te presto mi sonotone)
--------------------
En otro orden de cosas
(que no es que lo sean tanto),
yo de mayor
quiero aprender a escribir
como tú. Un
beso y
shalom.
Judith tu forma de hacer poesía me provoca la risa desternillante, es una poesía que se revuelve en sí misma como un vómito que quiere ver la luz. A veces da asco, pero me gusta. Me recuerda a los collages fotográficos de mi hermana, jaja.
Leo, tu poema refleja la filosofía del girasol,con sus claroscuros, quebrándose, en el movimiento, el cuello como un cisne, quemándose bajo un sol que le da la vida.
Has cambiado el poema y su significado al cambiar las palabras...
Los girasoles no viven aislados. Excepto los girasoles asilvestrados que crecen en los bordillos de las carreteras, ajenos a la multitud. Esos solitarios, atraen la mirada del que contempla y el viento acunándolos en su silencio, los zarandea en su soledad.
Un abrazo para Judith, poesìa en marcha...
Judith provocadora como siempre.
Un beso.
Anónimo,será que soy un girasol silvestre. Yo siempre voy modificando mis poemas. Soy un perfeccionista. No creo en esa frase común que dice:" Me salió del corazón".
Crear un poema es un proceso lento, de fermentacón de las palabras. Hay personas que sueñan con poemas que le son revelados, porque el que ama la poesía arde con ella y en su mente y corazón repiquetea como en la fragua, el golpe certero de ésta. Lee, escribe, moldea, vive la palabra y lo que ésta evoca. La perfección en poesía es algo similar a la alquimia en un capullo de rosa. Cerrado y apenas sin fragancia,en su comienzo, hasta que se abre en círculo y podemos apreciar la belleza de los arabescos labrados de los pétalos, su verdadera esencia ya transmutada. Pero ese proceso, necesita tiempo, dedicación, sol, frescura, viento y agua. Y aún contando con todo lo anterior, no siempre florecerá la rosa.
Siempre digo que el mejor jarrón para contemplar la belleza de la poesía es el rosal.
Te dejo una frase que me enseñó un anacoreta, un cartujo: "La contemplación jamás es una posesión y quien pretenda poseerla precisamente ignora lo que ella es".
Saludos.
Curioso poema. Por cierto, he leido el comentario que escribes, y estoy contigo, yo también soy perfeccionista, y siempre estoy buscando nuevas ideas para todo :)
El problema Anónimo es que la rosa y los rosales son palabras ya trilladas.
Los Cartujos son inefables.
De eso se trata Samantha. Hay que acabar con la ingenua pretenciosidad de querer alcanzar la "pureza del alma".
Quien dice rosa, puede decir camelias, orquídeas, flor de cerezo, almendro o ciruelo, lilium asiático, flor de la pasión, qantú... Pero yo definiría tu poesía como una flor de loto azul "à rebours".
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