miércoles, agosto 22, 2012

¡ El mar, el mar...!

Almería, España.

He llevado una vida de excesos y libertad absoluta, pero no como la libertad falsa de un burgues decadente o un perro flauta de clase media, sino como la de un chico de barrio que se ha hecho solo, sin la ayuda de nadie. 
Pero siempre busque la ansiada serenidad, algo que asocio a la calma y plenitud que hallo, cuando estoy cerca del mar.