lunes, mayo 10, 2010

En Voz Alta. Entrevista a Yolanda Castaño:" La lengua literaria que he escogido y con la que me he comprometido es el gallego"

Yolanda Castaño es una de las poetas jóvenes más interesantes de la península española. Premio de la Crítica Española, Premio de Poesía Johán Carballeira, Premio El Ojo Crítico, entre otros.
Se ha pretendido hacer comentarios extraliterarios sobre su obra poética. Sin embargo, lo cierto es que en su poesía se encuentra una búsqueda de nuevos lenguajes poéticos y una apuesta sincera por la palabra.
Aquí la entrevista:
1.- Algo que me llama la atención es tu apuesta por la poesía escrita en lengua gallega ¿se podría decir que escribes en castellano pero piensas y sientes en gallego?
R: Claro, la lengua literaria que he escogido y con la que me he comprometido es el gallego, y es únicamente esta lengua en la que escribo siempre y originalmente. Posteriormente realizo –yo misma- traducciones de mis trabajos al castellano, de cara a las distribuciones estatales. Ello me suele resultar un ejercicio interesante, incluso creativamente interesante, pero no debe olvidarse que se trata de una traducción, algo aún tan espinoso cuando se trata de poesía.
2.- Se acusa a la poesía española de la segunda mitad del siglo XX, que es poco arriesgada formalmente y que además sufre un divorcio con el lenguaje del ciudadano de a pie, de allí su decadencia ¿tú qué opinas de ello?
R: No toda la poesía española de la época que mencionas da la espalda al habla corriente, antes al contrario, hay una parte que ha coqueteado con ella en una voluntad de acercarse al lector, de des-solemnizar el hecho poético y de procurar la autenticidad por encima del aparato retórico. Con todo, en cuanto a la idea de riesgo, sí puede que otra buena parte de la poesía española contemporánea haya demostrado poseer oficio, un excelente conocimiento de la tradición y una sabia batería de recursos, pero que quizá todo esto haya precisamente redundado en una menor capacidad para ‘tirarse a la piscina’, para escribir versos con esa cierta visceralidad que no teme meter la pata hasta el cuello, con ese impulso un tanto inconsciente pero plagado de valentía y pasión, que no tiene miedo de que el poema se encabrite, se descontrole, se le vaya de las manos. Ese es justo el punto que creo que a veces es más fácil encontrar en los márgenes: la poesía gallega, o la catalana, o la latinoamericana, poseen a veces esa mayor libertad, sorpresa, innovación y capacidad para desaprender todo lo asumido.
3.- ¿No te parece que se ha abusado de la temática erótica en la literatura escrita por mujeres en las últimas décadas en una mirada errónea de la reivindicación femenina?
R: Creo que las mujeres han sido libres de decidir y escoger la temática que han preferido sin andar midiendo si la dosis podría resultar abusiva a las miradas ajenas y sin ponerse las cortapisas de cómo serían los juicios de los demás, señaladamente los masculinos. Hablaron de lo que necesitaban y su discurso sólo puede parecer abusivo o erróneo a una mirada particular, subjetiva y obviamente ajena, aunque desde luego respetable.
La literatura estuvo durante siglos en manos masculinas y era lógico que cuando ellas se incorporasen masivamente trajesen una nueva mirada sobre ciertos temas. La relación amorosa siempre había estado enfocada desde el punto de vista del hombre y no veo por qué habría de sobrar una perspectiva que cambiase ese foco, máxime si esa visión pudiese representar a alguna mitad de la humanidad. Fue un modo de aportar no un tema nuevo, sino un nuevo modo de ver las cosas. Obviamente la especificidad genérica no tiene por qué manifestarse en cada contenido concreto, pero adivino que el cuerpo, el amor y el erotismo sí resultaban campos abonados para reflejar la diferencia, la identidad y, de paso, incluso también para una fértil experimentación lingüística y literaria (a veces el cómo somos en el amor refleja también una actitud vital frente al otro, frente al mundo y aún frente a la escritura). Con todo, no dudo que todo este nuevo punto de vista haya podido hacer tambalear e incomodar la seguridad de los esquemas imperantes, más en concreto los masculinos.
4.- Un verso que me gusta de tu poemario Profundidad de campo es el siguiente: “la belleza corrompe”. Baudelaire decía: “La belleza es la noche”. Tengo curiosidad ¿Por qué para ti la belleza corrompe?
R: Fíjate que cuando nacemos, la belleza es sólo un valor puro e inocente, lógicamente sin mérito alguno pero sí positivo sin más. Que una persona de poca edad sea bella es algo valorable. En cambio, en cuanto van corriendo los años ese concepto se enturbia y deja de ser inocente. En nuestra sociedad la belleza se instrumentaliza y se vuelve moneda de cambio. Disuade, amortiza otras carencias, pronostica. Además te atrapa con su juego seductor, que presta con usura. Puedes acabar por ser presa de su red mediatizadora, ser eclipsada por su efecto o juzgada por el blanco fácil de prejuicios que ella es.
5.- Se ha criticado que tu poesía es poco profunda, que confundes el sujeto poético con tu yo personal, que haces excesivas alusiones a tu belleza física en tus textos ¿Que opinas de estos criterios?
R: No sé bien cuánto han tratado de profundizar los que la acusan de poco profunda. Con frecuencia, tenemos tan previamente claro lo que decidimos que nos va a gustar o no, con arreglo a una serie de circunstancias, que ese prejuicio nos nubla la vista a una mirada limpia y sincera, desde una tabula rasa. Es fácil y habitual frivolizar el trabajo de una mujer joven y con un aspecto aparentemente frívolo (como si el cuidado del aspecto exterior invalidase el del interior) cayendo en una trampa que habla más por el que juzga que por el/la juzgado/a.
Curiosamente yo siempre parto de una frontera muy marcada entre literatura y vida, rechazo las lecturas biografistas tanto como toda concepción del texto como realidad subsidiaria, siempre reflejo de algo. La poesía crea realidad dentro de ella, una realidad que no existe fuera ni tal cosa debe interesar. La poesía es y ha sido para mí siempre un género ficcional, y como tal debe entenderse. Es cierto que me atraen los peligrosos juegos de espejos entre vida y literatura, tomando la experiencia como una materia prima más, pero tengo muy clara esa frontera que no debe romperse.
En el libro obviamente la belleza no pretende aparecer como una impresión propia tanto como un reflejo de lo que le devuelven los demás. Todo el poemario trata el tema de la imagen que proyectamos sobre los otros, y con la que acostumbramos a tener una relación más o menos conflictiva. El sujeto poético denuncia haberse visto eclipsado por un mero aspecto de sí, desviada la atención y aún culpabilizado de ese desvío. No debe olvidarse que se trata de un constructo literario para hablar de la dicotomía entre esencia y apariencia, entre realidad e impresión; para hablar de lo que nuestras apariencias revelan sobre nosotros pero también de lo que callan e incluso de lo que mienten. Pero bueno, en todo caso los juicios literarios que en realidad esconden juicios morales que confunden al sujeto poético con el yo autoral no me interesan demasiado.
6.- Me podrías explicar esta confusión que hay en uno de tus premios ¿Es premio de crítica española o premio de crítica gallega?
R: Existen unos “Premios de la Crítica Galicia” convocados por la Fundación del mismo nombre, pero el que a mí me concedieron en 1999 por Vivimos no ciclo das Erofanías (1998) fue el “Premio de la Crítica Española”(http://es.wikipedia.org/wiki/Premio_de_la_Cr%C3%Adtica), también llamado “Premio Nacional de la Crítica”, que como es sabido otorga cada año 8 premios -elegidos por la Asociación Española de Críticos Literarios- a los que considera mejores libros en narrativa y poesía para cada una de las 4 lenguas oficiales del país (hay otros premios que no hacen distinción por lenguas, caso del Nacional de Literatura). Para abreviar, no es necesario hacer la redundancia de que lo he ganado en la categoría de “poesía en gallego”, pues es evidente que ese título es un poemario en gallego y que lo que yo hago es escribir poesía en gallego. Del mismo modo cuando se habla del Premio Nacional de la Crítica de Kirmen Uribe se sobreentiende que -por supuesto- es en lengua vasca, pues Uribe no escribe en otro idioma, o cuando nos referimos al de Manuel Rivas por “¿Qué me queres, amor?” lo hacemos al de narrativa en gallego. No puede entenderse que yo gane el Premio de la Crítica al mejor poemario en español, pues obviamente no escribo en esa lengua y este galardón sólo considera originales (nunca traducciones). Del mismo modo, tratar de rebajar la categoría de este premio por serlo en una lengua con menos hablantes (cosa que en ningún caso he notado en ti pero sí en otros) resulta hoy por hoy rancio, paleto y absurdo. ¡Sería como declarar que es más fácil alcanzar el éxito literario en Eslovenia porque allá son menos gente!
7.- Veo que el aspecto audiovisual es importante en tu obra ¿Qué opinión te parece el video-poema, la micropoesía y la poesía visual?
R: La poesía siempre se ha adaptado a los tiempos, no es nada nuevo: nació para ser cantada, pasó a los manuscritos cuando estos aparecieron, se replegó a la galaxia Gutenberg más tarde, pero siempre ha estado ahí. El auténtico reto de la poesía será por tanto seguir mutando y haciéndose cómplice de las nuevas plataformas que este tiempo nuevo le ofrece. Puede que incluso no sea quizá esta la hora de las mayores innovaciones en cuanto a formas y contenidos, pero sí quizá la de renovar –en cambio- el canal. La hora de investigar nuevas vías de expresión para la poesía, de crear nuevos formatos capaces de enganchar también a nuevos públicos, de la mano de la imagen, de lo performático, del audiovisual o de las nuevas tecnologías. Un modo también de acercar un lenguaje eterno a la sociedad actual y sus modos.
Creé mi primer videopoema en 2003, y desde entonces no he dejado de investigar en la fusión de la poesía con otros lenguajes creativos, ya fuese en solitario o en colaboración con otros artistas (pintores, músicos, bailarines, performers, creadores audiovisuales, fotógrafos, escultores...). Mantengo a la vez un grupo artístico: “Tender a man” (www.myspace.com/tenderaman) y, aunque en ningún momento he dejado de creer en el valor y potencia del texto como raíz autónoma y primordial, me sigue interesando la creación de híbridos que pueden alcanzar altas cotas de expresividad capaces de ofrecer más pistas al lector, nuevos planos significativos y enriquecedoras perspectivas.
8.- Emmanuel Kant decía que para él la poesía es imagen, ritmo y concreción ¿cómo definirías tu poética?
R: Como algo lo suficientemente provisional, orgánico y progresivo como para no apoltronarse sobre ninguna certeza. Actualmente creo en la autenticidad –pero una autenticidad que no confunda honestidad con confesionalismo autobiográfico-, en la música del poema como algo casi previo a él, en la huída de lugares comunes, en lo fragmentario, en lo que vale más por lo que calla que por lo que dice, en lo que es capaz de crear nuevos y transversales significados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me alegra mucho encontrar a yolanda en tu blog, es amiga desde más de diez años

un abrazo, leo

Leo Zelada dijo...

Bueno, traté de hacerle una buena entrevista a Yolanda.

Un abrazo Santiago.