lunes, febrero 01, 2010

En la Asociación de Escritores y Artistas de España y Madrid en Blanco

Plaza de Cibeles con nieve

El día martes 19 de enero, fue la presentación del poemario Jornada del Retorno de Milagros Salvador. El evento se realizó en la Asociación de Escritores y Artistas de España. Me tocó presentar el libro junto a Beatriz Villacañas, poeta y profesora de literatura inglesa e irlandesa en la Universidad Complutense.
Esa noche también hubo una lectura de poesía a cargo del poeta inglés Robert Gurney. Bob vino directamente desde Inglaterra e hice de él y su obra poética una breve introducción. A propósito de la salida de su libro Poemas a la Patagonia.
Jornada del Retorno y Poemas a la Patagonia han salido publicados por Lord Byron Ediciones.
El auditorio de la AEAE, estuvo concurrido de público. Esta vez Emilio Porta no pudo acompañarnos en la mesa por estar delicado de salud. Pero le agradezco el saludo que me hizo en diciembre pasado cuando leyó Raúl Campoy, destacando mi presencia en dicho recital y llamándome gran poeta.
El miércoles 13, participé del I Encuentro Cultural Madrid en Blanco. Fue en el pub Badulake en donde me agradó reencontrarme con algunos viejos amigos poetas. El acto fue convocado por Bolo. Aquella noche tuve ganas de leer. De allí lo intenso de mi participación.
Empezamos el 2010 con buen pie poético.

7 comentarios:

Marina Centeno dijo...

Felicitaciones, Leo por tus actividades y gracias por la información.

Saludos.

Vale dijo...

Leo
todas las veces que te he visto eres intenso!

Leo Zelada dijo...

Gracias Marina. Siempre trato de compartir los eventos poeticos en los que participo y voy de asistente en Madrid.

Salduos hasta México.

Leo Zelada dijo...

Pues si Vale, cuando leo poesía me entrego totalmente.Sin embargo paradodicamente, cuando acabo de leer me da un bajon. Es extraño.

Anónimo dijo...

LA POESÍA

La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo
y nada pide
ni siquiera palabras.

Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a mirarnos.
Después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.

Eugenio Montejo

Un saludo

Lucía

Diablosazules dijo...
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Leo Zelada dijo...

Buen texto de Montejos.