lunes, junio 18, 2007

La poética compleja y la llave arturiana de Leo Zelada por Joan Luis Montane

La poética de Leo Zelada se basa en la dinámica del yo, buscando el nosotros en la concepción espiritual arturiana del magma del uno.Emplea la búsqueda singular del Supra Ser espiritual, a partir de constatar la presencia de los arturianos como garantes de una actitud metafísica y vibracional de la pléyade cosmológica sustentadora de la iluminación galáctica.Después de atravesar por una vertiente política, con tintes sociales, interesándose, además, por la música y la historia, la creación del conocido literato y poeta peruano afincado en Madrid, se interesa por la obra interior y reflexiva, asimismo por la espiritualidad y una cierta mística, combinada con experiencias y flaches procedentes de la bohemia.De pulso ágil, precisa su complejo laberíntico de significados y significantes, en el sentido de ser dinámico en la ejecución, pero con presencia de metáforas, dentro de un discurso interior y reflexivo que se encadena dentro de una pléyade de conceptos.En líneas generales su producción poética nos revela a un autor completo, que oscila según sus experiencias, pero sin renunciar a la profundidad de la misma. Así, cuando se adentra en los vericuetos del amor, buscándose, se encuentra en una senda de ideas en las que predomina una actitud sutil, romántica, entendida en toda su extensión, pero, camuflada de existencialismo postmoderno.Su actual determinación social y política, enmarcada dentro de un amplio registro de ideas, le convierte en un creador independiente, de clara ascendencia urbana, empeñado en recuperar su interior espiritual, su capacidad inherente para la verdadera reflexión y la profundización en los votos de renuncia y disciplina.Su obra huye del detalle, no se interesa por la descripción de la realidad, sino que emplea las alegorías y simbolismos para entender el más allá de la idea, expresando el complejo mundo de verdades que emplea.Es un poeta profundo, que huye del instante, pero no renuncia a una cierta descripción del momento, sino que se interesa por la capacidad de trascender a partir de una realidad que acepta y por la búsqueda de la verdad, entendida como teoría de contrarios, pero sin emplear argucias científicas.Es concreto, pero, a la vez, elíptico, cuando quiere indagar en aspectos más profundos de su obra poética, porque siendo sensible en lo espiritual consigue mostrarse coherente en lo social y singular en los temas más personales e íntimos.Su obra es militante, en el sentido de creer en la verdad, en su verdad, siendo solidario, amante de las culturas indígenas, de la poética universal, de los conceptos orientales, indios y de la meditación entendida como proceso hacia el nirvana.Huye de la superficialidad contenida en la falta de compromiso, alejándose de la producción fácil, entendida como aquella que es consecuencia del interés del mercado.Es un romántico, complejo, que entiende el laberinto de pasiones, aunque, en ocasiones, queda atrapado por los cantos de sirena de un barco de piratas fantasma que nunca se deja ver, pero que, sin embargo existe.

2 comentarios:

Estefanía González dijo...

Toma mi oscuro anillo inmemorial.

Mi armadura deshecha se deshace
y de sus mallas muertas salen fuegos
azules, Bronwyn; puedo verlos, tiemblan.

Tiro el guante de hierro, soy tu siervo.
El mar que me acompaña por un mar
de sombra se deshace en el vacío.

Estoy cansado de estar muerto y ser.


Juan Eduardo Cirtlot

en quien, como ya te dije, pienso cada vez que visito tu blog.

Leo Zelada dijo...

Ay Estefania con esos versos de Cirtlot me matastes.Es un buen poeta por lo que parece y esos versos tan estremecedores.

Gracias linda.