Templo de las manos cruzadas
I
Frío, glacial, exactose comprimen en aros de papel mis nervios
I
Frío, glacial, exactose comprimen en aros de papel mis nervios
cantata de oboes
apuntando al nefasto
orden del estío
sinfonía de fuego
anulando la esencia sacra de las cosas
II
y
deliro
y violentos dragones
serpientes-cactus
me lanzan sus llamas
por el sendero del halcón
que posa su rapiña incólume en mis ojos
góticas columnas
punzan la fobia intratable del suicidio
e ingreso al templo
me dirijo al retrato oscuro del niño
ya estoy harto
mi nombre es Belcebú —¡oh Jesús!
y derramo mi semen
sobre su hermosura
III
el temor ha cesado
la luna conduce ahora mi mente
y me he tornado en la iguana
que erige su goce en el delirio
5 comentarios:
ME AGRADA LA PARTE FINAL, "EL TEMOR HA CESADO", QUE LINDA FRASE POR QUE CREO QUE SIEMPRE ESTAMOS EN UN CONSTANTE TEMOR DE PERDER ALGO, YA SEA ALGUNA PERTENENCIA MATERIAL O SENTIMENTAL, A VECES HASTA TEMEMOS PERDER LA PROPIA VIDA.
SALUDOS Y MUCHOS BESITOS.
YESENIP.
debe ser el invierno que te arranca dramáticos y hermosos versos.
abrazos
Yesi,
Muy buena tu reflexiòn sobre el poema.
Besos.
Asi es Carmen, es el invierno
Huidobro es un gigante. Blas de Otero es correcto pero nada mas.
Gracias por tu visita Sheil.
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