Primero fue Antonio Cisneros, luego Juan Gelman, y ahora José Emilio Pacheco. Los grandes poetas contemporáneos latinoamericanos se nos están yendo al parnaso.
Pacheco era una de los grandes poetas latinoamericanos que
al igual que Cisneros o Gelman, reconstruyeron la poesía hecha en lengua
española en la segunda mitad del siglo XX. Y a pesar que obtuvieron reconocimiento
a su obra en vida, en muchos momentos de
sus azarosas existencias, no la pasaron
tan bien. Esto me hace recordar una conversación que tuve con el gran poeta
Pacheco en un congreso de literatura, hace muchos años. En la cual me decía que
no tenía para pagar ni una secretaria. Y
yo me preguntaba, si el poeta más importante de México no le va bien, el resto
estamos jodidos.
Luego hablamos de
otras cosas, básicamente de poesía, y algo que sorprendía de José era su
conocimiento enciclopédico y a su vez su trato sencillo y amable. Ese es el
recuerdo que tengo del poeta José Emilio Pacheco, la de un niño grande jugando con
la magia de la palabra.
José Emilio era uno de esos hombres que vivía “en” y “para”
la literatura. Era un renacentista. A
pesar de la discreción, que era parte de su forma de ser, su literatura ha
atravesado las fronteras y es reconocida por todo aquel que aprecie la buena
literatura.
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