sábado, octubre 09, 2010

Mario Vargas Llosa no se merecía el Nobel...


Ahora, sino mucho antes, cuando escribía bien. Mi relación con Vargas Llosa es contradictoria. Me gusta la primera parte de su obra. Novelas como La ciudad y los Perros, Conversación en su Catedral o La Guerra del Fin del Mundo, son motivo suficiente, para qué se le halla brindado el Nobel, hace un par de décadas.

Pero el Nobel, le llega cuando está de bajón creativo. Sus últimas novelas la verdad, han sido malas y decepcionantes. Podría mencionar en esta decadencia de su obra narrativa, los siguientes libros: Los Cuaderno de don Rigoberto, ¿Quién Mató a Palomino Molero?, El Paraíso en la otra esquina.

Pero bueno, más allá de mis diferencias con Mario Vargas Llosa, el que obtenga el Nobel de literatura, es un homenaje un hombre dedicado con pasión a las letras, y también a la literatura en lengua castellana.

Tengo el placer-por intermedio de su hijo Alvaro- de haber conversado a solas con Mario, tres horas en su casa de Barranco. Fue cordial y amable. Me acuerdo que hablamos sobre San Marcos, sobre la Historia de Mayta, sobre mi novela, entre otras cosas. Le pedí que se rectificara de su opinión sobre la universidad de San Marcos, en su nefasto libro El Pez en el agua, en la cual afirmaba, que a principios de los años 90s, estaba dominada por la subversión terrorista. Yo le hice ver lo contrario, que más bien Sendero Luminoso, habia sido derrotado en las elecciones estudiantiles, me prometió rectificarse, pero nunca lo hizo. De allí, nos hemos visto un par de veces en Madrid. Pero no me agrada su ideología reaccionaria, no me gustan sus nuevas obras, no me gustan sus posturas racistas, no me gusta en lo que se ha convertido. Hoy, podía ser oportunista y subirme al carro de los que le aplauden. Pero yo no soy así.

Algunos Bloggers y escritores ahora, le lustran los zapatos con sus halagos, con la esperanza de que les pueda ayudar en sus mediocres carreras literarias. Pero allá, los que tienen vocación de chupamedias.

Ojala, que este premio, le hace recuperar el brío que ha perdido para la novela.

Los personajes de las novelas que me fascinaron de Vargas Llosa, de aquella mítica primera época, están a la izquierda, de lo que ahora es el.

4 comentarios:

RAB dijo...

Coincido, y temo que a muchos latinoamericanos nos pase lo mismo con Vargas Llosa: nos gusta su primera obra. Luego se volvió burgués y cuando eso llega... pos, difícil luchar contra el monstruo de la comodidad y la conveniencia, que se infiltra también en las letras. Igual hay que reconocerle su mérito a Vargas, hubo un tiempo en que escribía precioso ¿qué habrá pasado con ese humanismo que tenía? En fin, qué suerte que hayas podido conocerle y decirle lo que piensas.
Un saludo

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo contigo. El premio nobel ya perdió su esencia, otorgandole el premio a Vargas Llosa. Voy a agregar un link de tu página en mi blog. Invito a que leas un articulo que publiqué sore este tema en www.laberintosdeltiempo.blogspot.com...saludos desde Venezuela.

manuel meulén dijo...

Cojonudo articulo y blogs...
No pense que la academia Sueca que seguramente no le dio el Nobel a Borges por facha, se lo iba a dar a un sujeto tan despreciable como Vargas Llosa, amiguete de Aznar, y de la derecha (hoy democrata) de latinoamerica...

Anónimo dijo...

Acabo de leer tu articulo aqui en Lima y creo que la literatura no puede ser leída con ideas políticas de izquierda o de derecha. Tambien soy San Marquino y todos sabemos que Vargas Llosa no es un santo, tiene los mismos errores que casi todos, incluidos tu y yo, el amiguismo, la parcialidad en algunos temas, etc. pero eso no descalifica su obra, y cuando te refieres al bajon, (evidentemente obras maestras no se hacen todos los días) no mencionas la fiesta del chivo, ni el pariso en la otra esquina que sin ser obras maestras, junto con el ensayo sobre victor Hugo son excelentes obras literarias. Tal vez las opiniones que me anteceden, de estos miserables lamebotas siervos del Dictador Chavez sean tu mejor reprobación. Tal vez dejemos a un lado los rencores ideologicos que destruyen todo, y que casi lo hacen con el Peru que hoy intentamos reconstruir.