
Hay 3 pasiones que tengo en la vida: La literatura, la política y el fútbol. No voy a hablar de selecciones literarias porque eso se lo dejo a los nerds. España ha salido campeón de la Eurocopa 2008 con un fútbol maravilloso. Un fútbol ofensivo, con tres delanteros geniales: Torres, Vila y Guiza. Con un mediocampo creativo de toque elegante con Xavi, Fábregas, Iniesta, Silva, Senna. Una defensa aguerrida que sale jugando con Sergio Ramos, Capdevila, Puyol, Marchena. Y un arquero excepcional: Casillas. Debo agregar la gran figura del entrenador Luis Aragonés quien aposto por el fútbol de la belleza. En todo el campeonato España ha desarrollado un juego exquisito y bello. La selección española de lejos es la mejor selección del viejo continente.
Ya en su momento me fui a festejar a Colon el triunfo ante Italia. Y ver todos los partidos en La Fontana de oro, bastión donde se reúne las hinchadas más fervorosas del mundo. Hace dos años me hicieron una entrevista para Radio Francia Internacional, en la cual me preguntaban qué opinaba del fútbol y yo respondí categóricamente que era un fan apasionado. El periodista se mostró sorprendido con mi respuesta, porque es común entre los intelectuales y snobs denostar contra el fútbol. Pero yo que pase los momentos más maravillosos de mi infancia en el Callao, jugando sin zapatos, a pie limpio, en medio de la garua y el barro, no puedo negar que para los chicos humildes del barrio, jugar fútbol era el único momento en que acariciábamos con inocencia la felicidad. Ese recuerdo cálido me acompaña cada vez que veo un partido de fútbol.
Esta vez no he ido a Colon a festejar este triunfo. Pero he venido directo a mi estudio, a compartir con ustedes este momento mágico para España y para todas las personas que hemos sido acogidos con cariño en este hermoso país.