miércoles, agosto 30, 2006

Falleció el gran escritor árabe Naguib Mahfuz: guerrero contra el fundamentalismo

Falleció hoy 30 de agosto de 2006 en un hospital a los 95 años de edad el más grande escritor árabe contemporáneo Naguib Mahfuz. Con el no solo desaparece uno de los grandes escritores del mundo árabe sino un gran luchador contra el fundamentalismo religioso. Es sabido que vivía con protección policial luego del atentado que sufriera en 1984 cuando fue apuñalado en el cuello por fanáticos religiosos islámicos quienes obedecían la Fatua que lo condenaba a muerte decretada por el jeque egipcio Omar Abdel Rahman. Según estos dogmáticos había escrito de manera poco honrosa sobre las figuras de Moisés, Jesucristo y Mahoma en su novela "Hijos de nuestro barrio".


Es increíble que el fundamentalismo islámico haya llegado a niveles de intolerancia tal que hay varios escritores del mundo árabe amenazados de muerte, entre ellos el caso celebre del escritor paquistaní-ingles Salman Rushdie. Aún recordamos la trágica muerte del escritor izquierdista Salvadoreño Roque Dalton muerto por la guerrilla del ERP integrante del FMLN por dizque "conciliación política" y cuyo líder Villalobos quien fue el que decreto la muerte de Dalton hoy dice cínicamente que: "Fue un error de juventud" y ahora irónicamente es un ferviente admirador de la economía de mercado. En Latinoamérica es increíble como la intelectualidad de izquierda no logro deslindar con su apoyo a los fundamentalismo árabes que es la forma mas extrema que tiene el movimiento reaccionario a nivel internacional. También es preocupante en Perú la impunidad que tienen escritores y críticos literarios que hacen apología sutil de un grupo fundamentalista-terrorista como Sendero Luminoso con un discurso ambiguo sobre la violencia política peruana. Felizmente en el mundo árabe hay intelectuales libre pensadores como Naguib Mahfuz y corrientes religiosas mística y pacifista como el sufismo. Y mientras existan personas así "libre pensadores", el extremismo político y religioso no avanzara en países como Egipto o Perú.


Naguib Mahfuz nos ha dejado una monumental obra con novelas fundamentales como suTrilogía de El Cairo, formada por Entre dos palacios (1956), La azucarera (1956) y Palacio del deseo (1957).Su novela "el Callejón de los milagros"(1947) fue llevada al cine por el director mexicano Jorge Fons en 1995 mas fue ambientada en Ciudad de México. Otras novelas importantes suyas son Chicos de Gebelawi (1959), El ladrón y los perros (1961) y Miramar (1967). Premio Nóbel de literatura en 1988.


A pesar que el atentado que sufriera le provocara graves daños a la visión y audición, así como la parálisis del brazo derecho. Este escritor siguió creyendo en la literatura como vinculo de hermandad universal y su solo presencia en El Cairo era un desafió abierto para el integrismo islámico que impotente ante un anciano enjuto, pequeño pero de voluntad firme, no podía entender como seguía haciéndoles frente. Su solo existencia era un desafió para estos fundamentalistas. Hoy mas que nunca estoy seguro que el integrismo en cualquiera de sus manifestaciones no podrá hacer desaparecer la obra e influencia del mas importante escritor Árabe de la era moderna.!


Ha muerto Naguib Mahfuz! ¡Viva Naguib Mahfuz!

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Jardin de Infancia
Naguib Mahfuz

Papá...
-¿Qué?
-Yo y mi amiga Nadia siempre estamos juntas.
-Claro, mujer, porque es tu amiga.
-En clase... en el recreo... a la hora de comer...
-Estupendo... es una niña buena y juiciosa.
-Pero en la hora de religión yo voy a una clase y ella a otra.
Miró a la madre y vio que sonreía, ocupada en bordar un mantel. Y dijo, sonriendo también:
-Sí... pero sólo en la clase de religión...
-¿Y por qué, papá?
-Porque tú eres de una religión y ella de otra.
-Pero, ¿por qué, papá?
-Porque tú eres musulmana y ella cristiana.
-¿Y por qué, papá?
-Eres aún muy pequeña, ya lo comprenderás...
-No, ¡soy mayor!
-No, eres pequeña, cariñito...
-¿Y por qué soy musulmana?
Debía ser comprensivo y delicado: no faltar a los preceptos de la pedagogía moderna a la primera dificultad. Contestó:
-Porque papá es musulmán... mamá es musulmana...
-¿Y Nadia?
-Porque su papá es cristiano y su mamá también...
-¿Porque su papá lleva gafas?
-No... Las gafas no tienen nada que ver. Es porque su abuelo también era cristiano y...
Siguió con la cadena de antepasados hasta aburrirse. Trató de cambiar el tema pero la niña preguntó:
-¿Cuál es mejor?
Dudó un momento antes de contestar:
-Las dos...
-¡Pero yo quiero saber cuál es mejor!
-Es que las dos lo son.
-¿Y por qué no me hago cristiana para estar siempre con Nadia?
-No, cariñito, es mejor que no. Hay que ser lo mismo que papá y que mamá...
-¿Y por qué?
Francamente: la pedagogía moderna es tiránica.
-¿Por qué no esperas a ser mayor?
-No ¡Ahora!
-Bien. Digamos que por gusto. A ella le gusta más una y tú prefieres la otra. Tú eres musulmana y ella tiene otro gusto. Por eso tienes que seguir siendo musulmana.
-¿Nadia tiene mal gusto?
Dios confunda a ti y a Nadia. Había metido la pata a pesar de las precauciones. Se lanzó sin piedad al cuello de una botella.
-Sobre gustos no hay nada escrito. Lo único imprescindible es seguir siendo como papá y mamá...
-¿Puedo decirle que ella tiene mal gusto y yo no?
Salió al paso:
-Las dos son buenas: tanto el Islam como el Cristianismo adoran a Dios.
-¿Y por qué yo lo adoro en una habitación y ella en otra?
-Porque ella lo adora de una manera y tú de otra.
-¿Y cuál es la diferencia, papá?
-Ya lo estudiarás el año que viene o el otro. Por el momento confórmate con saber que Islam y Cristianismo adoran a Dios.
-¿Y quién es Dios, papá?
Se detuvo, reflexionó un segundo y preguntó, extremando las precauciones:
-¿Qué les ha dicho Abla?
-Lee la azora y nos enseña a rezar, pero yo no sé. ¿Quién es Dios, papá?
Se quedó pensando con sonrisa torcida. Luego:
-Es el Creador del mundo.
-¿De todo?
-De todo.
-¿Qué quiere decir Creador, papá?
-Quiere decir que lo ha hecho todo.
-¿Cómo, papá?
-Con su Sumo poder.
-¿Y dónde vive?
-En todo el mundo.
-¿Y antes del mundo?
-Arriba...
-¿En el cielo?
-Sí...
-Quiero verlo.
-No se puede.
-¿Ni en la televisión?
-No.
-¿Y no lo ha visto nadie?
-Nadie.
-¿Y por qué sabes que está arriba?
-Porque sí.
-¿Quién adivinó que estaba arriba?
-Los profetas.
-¿Los profetas?
-Sí, como nuestro señor Mahoma.
-¿Y cómo, papá?
-Por una gracia especial.
-¿Tenía los ojos muy grandes?
-Sí.
-¿Y por qué, papá?
-Porque Dios lo creó así.
-¿Y por qué, papá?
Contestó tratando de no perder la paciencia:
-Porque puede hacer lo que quiere...
-¿Y cómo dices que es?
-Muy grande, muy fuerte, todo lo puede...
-¿Como tú, papá?
Contestó disimulando una sonrisa:
-Es incomparable.
-¿Y por qué vive arriba?
-Porque en la tierra no cabe, pero lo ve todo.
Se distrajo un momento, pero volvió:
-Pues Nadia me ha dicho que vivió en la tierra.
-No es eso; es que lo ve todo como si viviese en todas partes.
-Y también me ha dicho que la gente lo mató.
-No, está vivo, no ha muerto.
-Pues Nadia me ha dicho que lo mataron.
-Qué va, cariñito, creyeron que lo habían matado pero estaba vivo.
-¿El abuelo también está vivo?
-No, el abuelo murió.
-¿Lo han matado?
-No, se murió.
-¿Cómo?
-Se puso enfermo y se murió.
-Entonces ¿mi hermana va a morirse?
Frunció las cejas y contestó advirtiendo un movimiento de reproche del lado de la madre:
-Ni mucho menos, ella se curará si Dios quiere...
-¿Por qué se murió entonces el abuelo?
-Porque cuando se puso enfermo era ya mayor.
-¡Pues tú eres mayor, has estado enfermo y no te has muerto!
La madre lo miró regañona. Luego pasó la vista de uno a otro azorada. Él dijo:
-Nos morimos cuando Dios lo dispone.
-¿Y por qué dispone Dios que nos muramos?
-Porque es libre de hacer lo que quiere.
-¿Es bonito morirse?
-Qué va, mi vida.
-¿Y por qué Dios quiere una cosa que no es bonita?
-Todo lo que Dios quiere para nosotros es bueno.
-Pero tú acabas de decir que no lo es.
-Me he equivocado, querida.
-¿Y por qué mamá se ha enfadado cuando he dicho que por qué no te habías muerto?
-Porque todavía no es la voluntad de Dios que yo muera.
-¿Y por qué no, papá?
-Porque Él nos ha puesto aquí y Él nos lleva.
-¿Y por qué, papá?
-Para que hagamos cosas buenas aquí antes de irnos.
-¿Y por qué no nos quedamos siempre?
-Porque si nos quedásemos no habría sitio para todos en la tierra.
-¿Y dejamos las cosas buenas?
-Sí, por otras mucho mejores.
-¿Dónde están?
-Arriba.
-¿Con Dios?
-Sí.
-¿Y lo veremos?
-Sí.
-¿Y eso es bonito?
-Claro.
-Entonces, ¡vámonos!
-Pero aún no hemos hecho cosas buenas.
-¿El abuelo las había hecho?
-Sí.
-¿Cuáles?
-Construir una casa, plantar un jardín...
-¿Y qué había hecho el primo Totó?
Por un momento se puso sombrío. Echó a la madre furtivamente una mirada desvalida, luego contestó:
-Él también había construido una casa, aunque pequeña, antes de irse...
-Pues Lulú el vecino me pega y nunca hace cosas buenas...
-Es que él ha nacido anormal.
-¿Y cuándo va a morirse?
-Cuando Dios quiera.
-¿Aunque no haga cosas buenas?
-Todos tenemos que morir. Los que hacen cosas buenas se van con Dios y los que hacen cosas malas se van al infierno.
Suspiró y se quedó callada. El padre se sintió materialmente aliviado. No sabía si lo había hecho bien o si se había equivocado. Aquel torrente de preguntas había removido interrogaciones sedimentadas en lo más hondo de sí. Pero la incansable criatura gritó:
-¡Yo quiero estar siempre con Nadia!
La miró inquisitivo y ella declaró:
-¡En la clase de religión también!
Se rió estrepitosamente, la madre también rió, él dijo bostezando:
-Nunca imaginé que fuera posible discutir estas cuestiones a semejante nivel...
Habló la mujer:
-Llegará el día en que la niña crezca y puedas razonarle las verdades.
Se volvió para comprobar si aquellas palabras eran sinceras o irónicas y la encontró enfrascada en el bordado.

10 comentarios:

Cristina García Desplat dijo...

Precioso texto de Naguib Mahfuz. Muchísimas gracias por descubrírmelo.

Leo Zelada dijo...

Cristina,

Te agradezco enormemente tus comentarios.Saber que tengo lectores sensibles y lùcidos como tù hacen que prosiga con mi labor de compartir literatura y reflexiòn con ustedes.

Un abrazo hasta Barcelona.

Anónimo dijo...

Creo que ya había cumplido los 95. Leer a Mahfuz es retornar a El Cairo eternamente, volver para dar una vuelta por el populoso Khan El Khalili y tomar una taza de té, en el mismo café que el describió.

http://www.blogia.com/luisveagarcia

L.M. dijo...

Muy bien elegido el texto de Naguib Mahfuz, Leo, de un fondo universal y muy acorde con los tiempos que vivimos.

Saludos

Leo Zelada dijo...

Asi es Luis,

El Cairo en la pluma de Mahfuz ha sida inmortalizada.Este sera un buen motivo para la relectura de sus magnificas novelas.

Leo Zelada dijo...

Dolan,me demore mucho en escoger el texto apropiado de Mahfuz para tratar de exponer su legado y creo que al final acerte.

Un abrazo hasta Zaragoza poeta.Unos amigos de la revista la Caja Nocturna me han hablado de ti.

Vade Retro dijo...

Un gran escrito sin duda. Decidor por demás. Irónico e inteligente. Se agradece la lectura.
Un saludo.

Leo Zelada dijo...

Asi es Vade retro,

Sobre todo un autor muy humano.Me alegra que te haya gustado este texto de Mahfuz.

Un abrazo a no que lugar en España

Leo Zelada dijo...

Lurdena,

Me alegra que te haya gustado este texto de Mahfuz.Espero tenerte por aqui mas a menudo.Aqui somos fans number one de la literatura.

Un abrazo desde Madrid.

Glenda dijo...

Digno de pegar en un trocito del libro para Manuel,de Cortázar.gracias y saludos.